miércoles, 21 de enero de 2015

Yo no soy turquesa

Yo pensé que era porque andaba en mis días, que ya me estaba entrando la menopausia o simplemente era el hecho de que perdió el América contra Xolos por un penal que Oribe Peralta falló, pero no, mi mal humor y esas ganas de romper cosas se debían a que las campañas políticas han comenzado y no se puede ver u oír nada en los medios sin que salga algún spot a zurrarse sobre uno.

De entre toda la bola de inútiles que me echan en cara que viven mejor que yo gracias a mí, hay unos que no solamente merecen perder el registro como partido político, sino que los agarren del pescuezo, los volteen, les metan un paraguas por la cola y ya estando adentro se los abran, porque aparte de no tener nada qué aportarle al país, hacen los promocionales más ridículamente castrosos de la galaxia.

Nueva Alianza, el partido de Elba Esther Gordillo, planea salvarse del descenso a la segunda división de la política con una campaña en la que enaltece a los maestros que lo conforman, en un momento en el que el magisterio es peor visto en México que el ébola en África, por todo el desmadre en Guerrero y Oaxaca, con su líder en la cárcel por corrupta y ya sin el caliente de Gabriel Cuadri a la caveza. Por ello están destinados a perder su tajada del presupuesto y para hacer menos dolorosa su caída recurren a coloquialismos que por nosotros los chavos (oi al ruco) son vistos como una invitación a mearse sobre ellos.

¡Chá!

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