domingo, 30 de enero de 2011

Los Huele-Pedos

En esta ciudad no hay trabajo más arduo que aquel que desempeñan ciertos elementos de la Dirección de Tránsito de la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal, quienes están especializados en el arte de introducir sus cabezas a los automóviles que son detenidos en los puntos de revisión del programa Conduce Sin Alcohol para averiguar si el chofer a ingerido bebidas embriagantes o no.

Parecería cualquier cosa, pero es una labor que requiere de meses de entrenamiento policiaco bajo las más rigurosas técnicas científicas, consistentes en meter al recluta en cuestión a un pequeño elevador con tres hombres obesos, de los cuales uno se tirará un pedo después de tragarse unas habas con chile, y la misión del aspirante en cuestión es averiguar con el puro olfato quién de ellos fue.

Según mis fuentes al interior de la dependencia capitalina, estos agentes deben cumplir con un requisito primordial: estar familiarizados con los gestos, reacciones y comportamientos de un briago al volante, para lo cual son seleccionados de entre lo más profundo de los escuadrones de la muerte de la llamada “secreta” (por Secretaría, no vayan a creer otra cosa), o en otras palabras, a los tiras más pedotes los mandan a olerte en el alcoholímetro porque, en teoría, ya se la saben.

¡Salud!

jueves, 27 de enero de 2011

Con la camiseta puesta

Si el día de ayer se encontraron un chavo darketo como de 20 años tirado en la calle bien madreado con los pantalones abajo y con un ejemplar de BASTA! enrollado y ensartado en el ano, justo en la banqueta de Reforma esquina con Artículo 123, enfrente de una tienda Oxxo y una cafetería, quiero decirles que lo siento mucho, no era mi intención, me cae que soy bien pacifista, pero él empezó.

Resulta que estaba yo en el parabús leyendo mi propia columna (sí ya sé: pinche ególatra), cuando se me acercó un morro vestido de negro, botudo, apestoso y con los pelos peinados como con viagra a venderme un periódico Machetearte, a lo cual yo respondí negativamente sin despegar la mirada y con los audífonos sonando a todo lo que daba.

Pero el güey acá seguía insistiendo hasta que llamó mi atención, sólo para decirme, a manera de sugerencia, que debía leer cosas más productivas y no sólo frivolidades. En eso, que me caliento y al levantarme le metí un cabezazo en la quijada, para luego darle un periodicazo tan fuerte que le tatué el Kalimba de la portada en un cachete.

Ya encarrerado, me lo acabé de surtir a puro karatazo para terminar violándolo con 36 páginas con lo mejor de los espectáculos, política y algo más, ensartados violentamente en el meprestas.

¡Quiobo!

miércoles, 26 de enero de 2011

Está delicioso

Algo tienen las personas que se dedican a la cultura, llámese funcionarios, periodistas, promotores y difusores, que te dan ganas como de mearlos a todos; por mamones, por intensos, por solemnes y por lo que se acumule.

¿A poco no se siente un impulso de guacarear verde cuando sale Nicolás Alvarado en la televisión hablando de algún libro o entrevistando a algún pintor?, con ese tonito que todo el tiempo está diciendo “yo sí acabé la primaria pinches nacos”, que cae tan mal por llevar implícito un sentido de superioridad que, literalmente, caga la madre.

En el transcurso de la semana, en la inauguración de la biblioteca José Luis Martínez en la Ciudadela, Consuelo Sáizar, directora del Consejo Nacional de la Costura en las Tardes (Conaculta), parecía como erotizada, casi al punto del orgasmo quincuagenario, durante el recorrido de prensa por las instalaciones de la librería, acariciando cada uno de los ejemplares como si se tratara del miembro viril de Tom Cruise o algo así.

Y los reporteros que le hacían séquito, ni se diga, porque esos seguían puntualmente sus palabras como si fueran mandamientos. Al final, me regalaron un libro que se definió como “delicioso, exquisito, suculento, hermoso”, pero creo que yo me quedaré con mi ejemplar del Mil Chistes.

¡Uts!


Foto: Ariel Álvarez

jueves, 20 de enero de 2011

Justicia para el Ave

José Jorge Balderas Garza, alias el JJ, quien le disparó en la cabeza al delantero del América, Salvador Cabañas, fue capturado este martes en las Lomas de Chapultepec por elementos de la Policía Federal.

Sobre el hecho, yo sólo tengo una petición: que ese presunto criminal, ligado al Cártel de los hermanos Beltrán Leyva y al narcotraficante Edgar Valdés Villareal, alias la Barbie, sea juzgado por las autoridades competentes, que en este caso no sería ni la Procuraduría de Justicia del DF, ni la PGR, la DEA, la Interpol, o alguna de esas jaladas… ¡no!

El único tribunal competente para decidir el destino del Jotajota es la Barra Monumental, o sea, la porra del América; ese cúmulo de 4 mil nacos panzones que cada ocho días atiborran los estadios de futbol del país para alentar a un equipo mediocre que perdió a su único buen jugador en ese baño del Bar Bar la madrugada del 25 de enero del año pasado.

Imagínense a esos ñeros con sus máscaras amarillas con azul del Rey Misterio, clavándole el palo de madera de una bandera del América por la cola a Balderas Garza, mientras otros tantos lo agarran a botellazos con una caguama de las que venden afuera del Estadio Azteca.

Al final, que lo encierren en Lecumberri con Kalimba, para que éste último lo viole.

Justo cuando agarraron al Jotajota, yo andaba muy orondo (palabra que se podría interpretar como sinónimo de “orgulloso” y que no tiene que ver con la profundidad de mi conducto rectal) luciendo por la calle mi camiseta Polo, aquella verde que es idéntica a la que traía Edgar Valdés Villareal, alias La Barbie, cuando lo apañó la ley el año pasado (de la cual ya he hablado hasta el cansancio).

Y cuando presentaron en el Centro de Mando de la Policía Federal al güey ese que con un balazo le frustró dos campeonatos al América, vistiendo otro modelito de Polo pero en azul, el cual lució también La Barbie cuando fue trasladado al centro de arraigo, a mí la verdad me llegó al cuerpo una especie de furor uterino que me obligó a salir corriendo a recorrer las boutiques de Mazaryk para comprarme una igual.

Valiéndome madres que todo mundo señalara el hecho de que Ralph Lauren ya es oficialmente el patrocinador del Cártel de los Beltrán Leyva, me recorrí tiendas departamentales y centros comerciales en búsqueda de esa tela azul con el número “3” en la manga, pero nada, porque ese tipo de camisas son de edición especial y no cualquier gato las trae; sólo aquellos verdaderamente nacos (como yo) que seguimos las tendencias de la llamada “narcomoda”.

¿Quiovo?

lunes, 17 de enero de 2011

Kalimba es verbo, no sustantivo

La Roma, Ciudad de México. Noche de sábado fría y alborotada por la coincidencia del calendario con la quincena. El bar, un tributo al hoyo fonky setentero con luces verde neón tintineantes y un olor a baño tapado con el vómito de whiskey con tlayudas oaxaqueñas. Yo, mientras tanto, me encuentro sorprendido por la primera vez que esa historia del reportero/héroe de guerra funciona para hacerle la plática a una mujer en la barra, ayudado por la cerveza de cortesía y un nuevo corte de cabello que haría ovular hasta a la Madre Teresa.

“Yo sé que tú y yo nada que ver pero, qué tal ahora”, le dije a esa güerita con aroma de mujer malcogida y ojos color miel, esperando que el alcohol diluyera un poco del patetismo que encierra esa inútil frase hecha. Sus labios rosados e impregnados de gloss, sal de cacahuates botaneros y cerveza, se abren para enseñar una sonrisa que deslumbra y me obliga a voltear con los presentes y poner mi cara de “sí güeyes, viene conmigo”.

Al verme en el espejo con mi nueva conquista, caigo en cuenta de que la plusvalía de su sensualidad recae en el hecho de verse como quinceañera, lo que en mi mente genera un “ay cabrón, esto está muy Kalimba”.

A riesgo de aventarme un arjonazo, puedo sentenciar que Kalimba es verbo, no sustantivo.

¡Chá!

viernes, 14 de enero de 2011

Papa Bill's Sucks

Según Naciones Unidas, Amnistía Internacional, Reporteros Sin Fronteras, la UNAM y la FIFA, el lugar más ojete de la tierra es Somalia por su guerra civil, los piratas y un gobierno dictatorial hermoso; seguido de Irak que quedó hecho un desmadre después de la intervención de los gringos; además de Corea del Norte, gobernado por un loquito que tiene misiles nucleares listos para hacernos volar a todos en pedazos.

Pero lo que nadie ha dicho, ni el New York Times o el Washington Post, sólo el Diario BASTA!, es que el cuarto lugar en la lista de los sitios más mierdas sobre el planeta está en México y se llama Papa Bill’s Saloon Polanco; donde unos totopos grasientos con media cucharada de frijoles refritos te los cobran en 200 varos y además te los traen de mala gana.

Un lugar regido con la mano de hierro de unos meseros con sombrero de copa (que se ven súper maricas, por cierto), quienes olvidaron aquel viejo adagio que dice que “la propina se gana” y te ensartan sus servicios por la cola y sin dejarte botana, porque para comer cacahuates hay que levantarse de la mesa a agarrar a escondidas unos que están en la entrada y que son de adorno.

Aunado al hecho de que nunca faltan los gorrones que se hacen güeyes con la cuenta, el Papa Bill’s de Polanco literalmente apesta.

¡Salud!

Por cierto, Marcelo Ebrard es homosexual, se la come doblada, quisiera que Kalimba lo agarrara y lo pusiera de a perro para darle sus nalgadas, de repente siente comezón y unas ganas de que lo rasquen por dentro con algo grueso, le gusta la coca cola hervida, el arroz con popote, que le suman la caca a vergazos y todo eso.

miércoles, 12 de enero de 2011

Metiendo quinta

Una patrulla del sector Asturias de la SSP-DF se me empareja a la derecha en un semáforo en rojo del Eje Central. Con la palanca en primera y los pies listos para desatar la furia de 400 caballos de fuerza de mi Mustang Hard Top 1965, miro por encima de mis Ray Ban sus rostros que reflejan el asombro por ver a la máquina definitiva del amor ante ellos. Sonrío bañado por el cambio de la luz a verde y le pinto huevos a ese par de macuarrotes panzones uniformados al arrancar de cero a cien en cuatro segundos, pedorreándolos con el humo que produce el motor V8 de la bestia.

No acostumbro humillar con mi virilidad a los ñeros en la calle, pero es sólo que acaba de salir el tráiler (los nacos le dicen “corto”) de la película de Rápido y Furioso 5, donde sale nuevamente el pelón mamado (si albur) con el güero y la sabrosa, pero además le entra a los madrazos el negro de la dos y el chino de la tres, entonces eso se convierte en un festival de automóviles que a mí en particular sólo me provocan un deseo incontenible de encuerarme y salir a bailar a la calle del gusto.

Los tirantes le metieron pata a la carrera pero, como se dice normalmente, me la pelaron y prefirieron mejor trepar a unos güeyes que estaban desbalijando carros en la Buenos Aires.

¡Quiovo!

viernes, 7 de enero de 2011

Pinches Reyes Magos

Cuando yo era niño (en realidad nunca he dejado de serlo), le pedí a los Reyes Magos el videojuego de las Tortugas Ninja 2 para Súper Nintendo. Juro que me porté bien todo el año; tenía las mejores calificaciones del universo, hacía quehaceres domésticos como gata de Polanco, hasta era yo amable en esa época, y todo para que al final me trajeran un puto par de calcetines con estampado de los Pumas (yo ni le voy a los pumas) y un paquete de cochecitos de fierro súper chafas, que se atoraban al correr y tenían rebabas en el chasis.

A partir de ese entonces, cada que veo a esos güeyes me dan ganas como de mearlos, más aun cuando me enteré que en realidad los Santos Reyes son los papás (sí niño, que no te engañen tus jefes, esos tres jotitos y sus animales pedorros no existen), entonces perdí la ilusión y ahora en lo único que creo es en Jaime Mausán y sus extraterrestres, además de en la inocencia de Kalimba.

No me habían regresado esos impulsos de caerles a patadas a esos tres monos, hasta que me quedé atrapado una hora en el Periférico Sur porque en Tv Azteca estaban cargando tráileres para los niños del juguetón, con motivo de esa fecha. Por eso ahora, aparte de a Melchor, Gaspar y Baltasar, planeo partirle su madre también a Jorge Garralda, el organizador de esa madre.

¡Quiubo!

martes, 4 de enero de 2011

Marcelo Ebrard es Gay

La sabiduría milenaria de los Mayas dice que si tu nombre no aparece en Google, no eres nadie; vales menos que caca y mereces que vengan unos porros de la Prepa 5 a meterte unos batazos en las pantorrillas.

Google, ese gran motor de búsqueda en internet y en mi corazón (¡ay qué mamón!), también tiene otra gran bondad: te sugiere las cosas que quieres encontrar, es decir, que si buscas el nombre de un futbolista, con sólo poner su primer nombre te puede completar los demás y hasta lo que ha hecho recientemente, en relación a las búsquedas que otros han realizado en esa página y al número de sitios en toda la red que hay sobre ese tema o personaje.

Es así que, por ejemplo, si pones en la barra de texto “Marcelo”, aparece inmediatamente el apellido Ebrard, seguido de las palabras “es gay”. ¡No es choro!, inténtenlo e internet por sí solo dirá que al jefe de Gobierno del DF le gusta la coca cola hervida, gracias a la inmensa cantidad de páginas y blogs (más de 67 mil) que hay al respecto.

Lo anterior evidencia el sentir popular sobre el mandatario, sin que yo intervenga en ello. Ahora que si Alfonso Brito y Francisco Zertuche, vocero y asesor de Marcelo, respectivamente, me van a dar una “putiza” a mí también en twitter (@mariomanterola), pues bienvenida sea.

¡Quiovo!

lunes, 3 de enero de 2011

Gastronomía jarocha

Unas tortillas de maíz bañadas en manteca de cerdo, no para freír, sino sólo para calentar, con un pedazo de puré de papa, una embarrada de frijol y dos gajitos de col, constituyen un plato típico en la cocina del estado de Veracruz llamada “blandita”, cuya ingesta masiva podría causar un infarto cardiaco en cuestión de minutos, pero es considerado un manjar por los nativos, a quienes el colesterol les haces los mandados.

Por si fuera poco, los antojeros de por esos lares se avientan una pequeña empanada de maza, rellena de frijol o carne de cerdo, con forma de bolillo, frito hasta que lo de adentro absorba el aceite y amachine bien los triglicéridos, el cual es llamado “molote” y viene siendo algo así como las pop corns de los jarochos, quienes pueden jamarse una cubeta entera de esas madres de un solo sentón para ver la final de La Academia.

Comprobado por la máxima autoridad deguistativa del país, o sea yo, la gastronomía jarocha está más salvaje que unos tacos de cochinada afuera del metro universidad o los de canasta del Eje Central, al lado del ex Cine Teresa, ya que no sólo constituye un atentado para el sistema circulatorio, sino que además los veracruzanos se ufanan (de ufanar) de poderse atascar sin sufrir el menor empacho.

Prosiguiendo con mi recorrido por la gastronomía del estado de Veracruz, les presento un platillo típico de la huasteca llamado Zacahuil, que no es más que un tamal elaborado a base de masa de maíz, chiles y carne, con la peculiaridad de que parece vomitada de crudo en año nuevo, pero hasta eso, sabe chido.

Y para aquellos que consideran un manjar las hamburguesas tamaño muéretedeunparo que venden en las cadenas de comida rápida del gabacho, yo (la máxima figura de la lucha libre en México y una autoridad culinaria) les recomiendo probar la Chafaina; un revoltijo de tripas cocidas, moronga y otras vísceras de puerco bañadas en salsa de jitomate, pero que en su conjunto forman un platillo que, aunque también se ve como guácara de taquero de la Merced, sabe bien, sin importar lo peculiar de sus ingredientes.

Si no quieren aventarse a lo rudo, también existen los Bollos, que es lo más leve entre lo jarocho, porque no son más que tamales dulces pero chiquitos y hechos en hojas de plátano, que bien se pueden acompañar de un atolito en el desayuno por las mañanas.

¡Provechito!